Seguidores

viernes, 21 de junio de 2013

¿Por qué será que Becquer nos hace un poquito más felices a todos?

Y qué más da que me rompa un poquito más. Si cuando te hablo tus ojos ya no están conmigo.
Muchas veces ni tus ojos ni lo que hay detrás de ellos, pero qué quieres que te diga. Yo tampoco estaría. Y a veces, sólo estoy deseando que llegue la hora de que me grites, no para discutir, ni para hacerte enfadar, sino para comprobar que sigues aquí, conmigo. Para comprobar que sigues vivo y que detrás de cada vete, hay un quédate conmigo.
Y aun así, ya volverán tus ojos como las golondrinas vuelven a sus balcones, ya me llamarás como ellas llaman con sus alas. Me gustaría decirte que no, pero sabes perfectamente y mejor que nadie, que cuando tus ojos vuelvan yo seguiré aquí, sin moverme un solo milímetro. Casi como cuando tu boca me recorre de arriba abajo. Aunque pueda y quiera, no soy capaz de ejercitar un solo músculo.

Y será eso de que clavas tu pupila en mi pupila, y de que cuando no lo haces no hay mirada vacía que valga. Será eso de que te conozco, y que sé que esos ojitos sonrientes y brillantes volverán. 

domingo, 9 de junio de 2013

Así es como se rompe lo irrompible. Haciéndolo creer que es frágil.

Serán esas pequeñas manías tuyas de aferrarte a lo roto y estropeado. De querer rescatarme. Pero a mí quién me va a rescatar y de qué. ¿De los centímetros que me faltan y de los kilos que me sobran?
Y así se resumen los cinco meses de mi vida en los que empecé a sentir cosas bonitas y feas por una misma persona. Y aún así las bonitas no podían dejar de ser las mejores.
Se resumen tus gritos pidiendo un salvavidas y yo sin querer lanzártelo, o sin saber hacerlo, ya no sé. Siento haber llegado sin solución y sin querer solucionarme con nadie, o sin saber hacerlo, no sé.  Siento que te haya engañado mi cara bonita. O fea, tampoco lo sé. Siento haber sentido, y que tú sientas haber y haberte perdido.
Y así nos quedamos. Yo esperando a decir ven, sabiendo que vendrías, pero sin decirlo. Tú esperando oírlo, sabiendo que jamás lo diría. Y aquella noche te encontraste entre todo tu humo. Y bailaste en mi memoria, y yo desaparecí de la tuya. Y deseaste no  haber existido. O no haberme conocido, quién sabe.

Y así se resume un poquito nuestra etapa, en la que a veces éramos nosotros, y de vez en cuando, sólo éramos tú y yo.

sábado, 1 de junio de 2013

"Hablando de necesidades, ¿tú que tal?" sc-

Ojalá te enamores y sepas lo que se siente cuando el cielo te besa, tener la piel constantemente de gallina, perderte en el universo que se extiende a través de sus pestañas y de su voz, y desear vivir mil años, sólo para quererle cada día un poquito más. Ojalá llores cada día que no le ves, el café te sepa amargo y los cigarrillos se consuman más deprisa, porque no tienes unos labios que te entretengan entre calada y calada.
Ojalá te pregunten el por qué de tus ojeras, si tu sonrisa es inmensamente feliz, te señalen cuando sonrías a otro cualquiera, y te critiquen si dejas que él te grite. Ojalá sonrías cuando te pida perdón, ojalá os imagines cogidos de la mano y con un anillo en el anular, abrazando a un niño que le llama papá y despertándote en una cama más grande, pero con quien quieres compartirla.
Ojalá te enamores chica, porque va a ser lo peor que te pase en mucho tiempo. Aunque sea de la persona deseada, la más querida, y seguramente sea mejor incluso que lo que sueñas.